sábado, 3 de julio de 2010

Destino Eslovenia, Capítulo I: Quitando las telarañas

El título de este capítulo es bastante significativo y lleva dos sentidos. Uno de ellos es evidente si miramos la fecha de la última entrada en este blog, que como comprobaréis tiene mucho que desempolvar y muchas telarañas que quitar. 

En busca de la esperanza fue abierto hace dos años cuando una etapa de mi vida empezaba para dejar paso a una etapa de oscuridad de la que aún duele recordar. En aquella primera entrada me despedí de Ferrol con el corazón sangrante y una maleta llena de desesperación e ilusiones de encontrar un poco de luz, de volver a sonreir. Me fui como aquel que dice, con el rabo entre las piernas, sin pretender otra cosa que huir, y lo que no iba a ser otra cosa sino mi refugio se convirtió en el detonante de una nueva vida para mi, llena de posibilidades, sonrisas y experiencias imposibles de describir con palabras aún para una escritora. Aquel año en Essen aprendí no sólo a trabajar y a entender en qué consistía exactamente el diseño, sino disfrutar de la vida. Comprobé mis propias cualidades y extendí la barrera invisible que todos nos autoimponemos como límite hasta el infinito, pues aquel año me enseñó que realmente todo es posible si no te niegas la posibilidad de intentarlo y de creerlo. 
Fue un tiempo de reiniciar motores para que pudiesen funcionar luego a la máxima potencia, y cuando volví a España al término, una parte de mi corazón se había quedado ya en aquel rincón de Alemania. 
De la parte que me quedaba, flotaban pedazos a lo largo del planeta, pues no sólo Essen me robó el corazón sino también las personas que alli conocí. El pedazo más grande fue a parar curiosamente a un país del que, cuando partí hacia Alemania, no sabía nada más que el nombre y, como la mayor parte de los españoles (es que somos un poco burriquitos como dice mi dentista) no sabía ni situar en el mapa. Hablo de Eslovenia, y Eslovenia es el país desde el que escribo ahora mismo esta entrada, siendo las 8:28 de la mañana de un domingo, hora española y eslovena. 
Por supuesto, desde que volví a España hasta que el pasado martes cogí un billete sin retorno con destino Eslovenia han pasado muchas cosas, pero la mayoría de los que estáis leyendo esto ya las sabéis y los que no, intuiréis qué puede haber sido lo que me ha traído hasta aquí. 

He decidido reactivar el blog para escribir mi experiencia aquí. La mayor razón para ello es evitar tener que escribir lo mismo 30 veces para informar a toda la gente que "dejo atrás" en España, pero también lo hago para aquellos desconocidos (bienvenidos si habéis llegado aquí) que como yo tienen algún motivo para cruzar en su mente la loca y acertada idea de venir a vivir a este país y desean desesperadamente saber algo más de a dónde demonios se quieren ir a meter. 

En busca de la esperanza es un nombre muy dramático para este blog, que ahora ha cambiado bastante de color tanto en aspecto como en sentimiento, a juego con el corazón de quien lo escribe. Encontré la esperanza en Alemania y ahora llegué a Eslovenia en busca de la felicidad, pero el título ya estaba cogido, así que mientras no se me ocurre otro más brillante, seguirá con el mismo enlace. 
Después de esta "pequeña" introducción, procederé a contaros cómo han sido mis primeros días como algo más que turista en este país, pero eso será en la próxima entrada =)

Bienvenidos a todos.

1 comentario:

Lalih dijo...

Naty!!! (no te digo madre porque ahora te hablaré como Caro :P)me alegra mucho que tu vida vaya de viento en popa, es genial saber que estás con la persona que quieres y sobretodo que hayas ampliado tu horizonte. Me siento feliz por ti y espero que el próximo año podamos compartir el mismo continente y porque no, una buena cena si el destino así lo quiere.

Miles de besos y abrazos y que sepas que aunque ya casi no hablamos, siempre te recuerdo con mucho cariño.